1. El paisaje y la fauna marina. Nada que envidiar a ningún lugar del mundo.
2. La compañía. Viajar junto a mi amado siempre es un placer. Es un hombre muy aventurero y en ese sentido nos complementamos a la perfección.
3. Los atardeceres y amaneceres. Aunque suene cursi, son espectáculos que te hacen pensar en lo afortunado que somos de poder presenciar esas bellezas, y con mayor razón si estás junto al amor de tu vida.
4. El auto. Se comportó como un verdadero 4x4 y nos acompañó en cada uno de nuestros intentos de jeepear por algún desvío desconocido. Obviamente nos enterramos, pero salimos airosos del desafío, además, era parte de la aventura!!.
5. El Sol. En ningún momento dejé el bloqueador de lado, pero lo disfruté a concho. Volví con mi anhelado bronceado.
6. El asado en los roqueríos con el mar de fondo. La carne exquisita, el aire marino mejor, el ambiente a full, y el cocinero lo más rico de todo.
7. Los innumerables momentos de amor, humor, pasión, reflexión, peleas, silencios, abrazos, caricias, sermones, ternura, preocupación y cuidados que tuvo el uno con el otros. O sea, mi amado y yo.

Lo Malo

1. Mi resfrío. Así es, me resfríe el primer día que llegamos a la playa. Imaginen qué parecía corriendo por la arena y con los mocos colgando!!!
2. Mi vista. Aunque me protegí fue imposible no quemarme la vista, y llegué con los ojos como conejo o como borracho: ROJOS.
3. El agua. Con mi amado no calculamos bien y el último día anduvimos con la lengua afuera buscando tan sólo una gota de agua para tomar.
4. La tetera. O sea, no es que la tetera haya sido parte de lo malo, sino más bien, mi poco tino en la cocina; me quemé dos dedos con agua hirviendo. Uffff qué dolorrrrr.

Lo Feo

1. La basura. Se supone que somos un país que cada día crece más en cultura, sin embargo la basura sigue siendo parte importante del paiseje costero. Una verdadera vergüenza.
2. El estornudo que le mandé en plena cara a mi amado antes de besarlo. Fue algo incontrolable, recueden que estaba resfríada! .
3. El perrito quemado, asado y posteriormente descuerado que encontramos en uno de nuestros tantos paseos aventureros. No entiendo tanta maldad, si hasta parecía que se lo hubieran comido, que horror.
4. La vuelta a Copiapó. No estuvo excenta del típico accidente automovilístico, espero que no haya sido nada grave. No faltan los imprudentes.

Sin lugar a dudas, podría estar todo el día haciendo la lista. Lo más importante es que disfruté estos días junto a mi amado, me relajé y rerererereconfirmamos el amor que nos tenemos el uno al otro. En estos momento estoy a la espera de otra pequeña gran noticia, espero que sea positiva. Más adelante les cuento.

pd. Les debo las fotos, en unos días más las subo.