Hoy me enteré, por las noticias, de la muerte de otra joven brasilera (Maiara Galvao Vieira, 14 escazos años) por causa de esta horrenda enfermedad. Las cifras han aumentado considerablemente en Brasil, e investigando por la red, me he dado cuenta que también se ha incrementado la cantidad de adolescentes ( y no tan adolescentes) que sufren de anorexia en nuestro país, en Chile.
¿Será acaso que nuestros jóvenes están cada vez más susceptibles a las exigencias que la sociedad impone acerca de la belleza?
Si bien, la mayoría no encajamos con los cánones socialmente establecidos, no todos llegamos a extremos como la anorexia o la bulimia. Sin embargo, en cierta medida, vivimos pendientes de nuestra apariencia y juzgamos al resto sólo por lo que ven nuestros ojos.
Concuerdo que es importante preocuparse del físico, por estética y por salud también, pero muchas personas se obsesionan con alcanzar un objetivo que muchas veces es difícil, ya sea por genética, por falta de recursos, o simplemente por no contar con la ayuda apropiada. Esto sumado a factores como stress, depresión o simplemente un bajón fuerte, fácilmente nos puede conducir a este mal, del cual lo más complejo es lograr salir adelante.
Toda mi vida he sido flaca (pero es un asunto genético, ¡¡si soy super buena para comer!!), mis hermanas también lo son, pero ellas como adolescentes se preocupan mucho por esos kilos que pueden subir si comen más o menos papas fritas. En su círculo de amistades constantemente se miden la cintura y comparan la talla del pantalón. Aspiran a tener el cuerpo de una modelo y en cualquier momento una de estas chicas podría desarrollar esta enfermedad.
Lo más importante es la comunicación. Sentarse a conversar en familia siempre trae beneficios. No es necesario hablar del tema seriamente y hacer una clase magistral acerca de la anorexia, simplemente interesarse por lo que hacen los jóvenes, con quienes se juntan, cuáles son sus anhelos, qué les molesta, etc. Con esta información lograremos entender, aunque sea un poco, lo que pasa por la cabeza de ellos y estaremos a tiempo para ayudarles, para que no les ocurra lo mismo que a Maiara.
"PODEMOS COMETER MUCHOS ERRORES EN NUESTRA VIDA, MENOS UNO: AQUEL QUE NOS DESTRUYE"
Hay una cuestión que yo encuentro realmente misteriosa en la anorexia: la gente que la sufre realmente "se ve" gorda frente al espejo.
Lo que encuentro heavy es que su percepción está distorsionada respecto a lo que ven los demás. Entonces, ¿cómo ayudar a alguien que REALMENTE ve algo que el resto no ve?
Porque una cosa es decir que se está gordo y otra es experimentarlo en su realidad. En este caso es difícil achuntarle a algún tratamiento eficaz por la sencilla razón de que no puedes obligar a una persona a creer en algo que no puede percibir. (Por ej. "tú no estás gorda").
[Me acaba de dar hambre... ¿será una señal?]
Bue, hasta aquí no más mi reflexión porque con hambre no se puede pensar. En todo caso, buen post ;)
Saludos para ti, Silvana :)