lunes, octubre 23, 2006
Tonta dependencia
Resulta que nací con un problema a la cadera. Se llama "displasia de cadera". Al año y medio de vida me operaron para corregir este defecto que, digamos que es genético pero no sé de quién lo heredé, de lo contrario podría haber sido una coja más de este país. Todo resultó bien, claro que aprendí a caminar como a los dos años recién, mis padres se la pasaban de médico en médico para conseguir un buen terapeuta que me dejara lo mejor posible, y así fue. Hoy, si me ves en la calle caminando pasaría inadvertida ya que no presento ninguna anomalía. Hasta me dediqué harto tiempo a jugar basketball, con entrenamientos y campeonatos y todo eso. Lo único que me quedó fue una bella cicatriz en mi cadera derecha, y digo bella porque me encanta, me caracteriza y es hasta sexy.
La cosa es que nunca había tenido alguna molestia con este asunto, hasta hace un par de dias....el constante "mete y saca" del acelerador del auto me hace forzar la pierna continuamente y esta se me adormece y de repente hasta se me acalambra. Un doctor, amigo de la familia, me dijo que podría ser porque hay un tendón de la pierna que, por la operación, quedó medio "anudado" y el esfuerzo constante, al manejar, me trae este tipo de problemas.
Solución: Manejar lo menos posible.
Mi reacción: Que?!?!?! NO!!!! imposible.
Respuesta a mi reacción: Movilízate en micro o colectivo, sólo cuando sea muy necesario usa el auto.
Mi reacción 2: Estas loco!!!! sin auto yo me muero.
Respuesta a mi reacción 2: Bueno, como quieras, después no te quejes.
Más relajada, en mi casa, me puse a pensar en esta situación, y es increible lo dependiente que me he vuelto del auto. Lo mismo me ha ocurrido con el celular, la calculadora, y la Internet. Pareciera que si uno de estos me falta, no podría estar tranqulia o desempeñarme bien. ¡Qué estupidez más grande!. Si hace un año atrás andaba hasta con la CPU del PC en micro y ¿cuáles que me quejaba?......
"LAS MÁQUINAS INTELIGENTES PUEDEN RESULTAR TAN ENALTECEDORAS COMO EMBRUTECEDORAS DE LA CULTURA DEL HOMBRE"
 
Escrito por: Silvana a las 7:32 p. m. | 23 Han dejado su huella
martes, octubre 17, 2006
Hace un año
Hace un año estaba asustada, muy feliz, pero con miedo de dar este gran paso.
Hace un año no sabía con certeza que pasaría con este proyecto que recién comenzábamos.
Hace un año estábamos llenos de ilusiones y dispuestos a dar nustro mayor esfuerzo para que todo lo que alguna vez soñamos se transformara en realidad.
Hace un año me fui de la casa de mis padres y me di cuenta que son primordiales en mi vida, que si es por ellos no sé que habría sido de mí, que encargarte por completo de tí mismo es muy complicado, que llevar una casa es una tarea titánica, que la familia es lo más importante que tenemos.
Hace un año comparto mi vida con mi complemento, y en realidad es un complemento, porque somos muy distintos. Ahora creo con absoluta seguridad en eso de la "otra mitad" o "media naranja" o "medio limón", como leí por ahí alguna vez. Entre los dos hacemos uno, y sin él, simplemente me multiplico por cero, o sea, no existo.
Lamentablemente el bolsillo no nos acompañó esta vez, porque además, hace un año que me dedico a pagar y pagar y pagar cuentas (lo peor de todo!!!), así es que para celebración con bombos y platillos no alcanzó. Sin embargo un rica cena (cocinada por mi amado obviamente) a la luz de las velas, buena música, alguna ropa "especial" para la ocasión, y el ambiente a full para disfrutar de nuestro primer año de matrimonio, de feliz matrimonio.
(Mi vida, sé que por tu trabajo no tienes mucho tiempo para conectarte a internet, pero si lo lees alguna vez quiero que sepas, y que todos sepan, que te amo con todas mis fuerzas...)
"Las cosas mas bellas y mejores en el mundo, no pueden verse ni tocarse... pero se sienten en el corazon"
 
Escrito por: Silvana a las 12:09 p. m. | 19 Han dejado su huella
domingo, octubre 08, 2006
Vivir y morir en una Villa Amish
Por: Roberto Ampuero, La Tercera Reportajes.
Al día siguiente de la masacre de cinco niñas perpetrada por un desequilibrado mental en una escuela Amish de Pensilvania, viajé a la comunidad Amish cercana a mi ciudad. Como novelista quise explorar la atmósfera que reinaba a cientos de kilómetros, entre personas de convicción profundamente religiosa y pacifista que aún viven en el siglo XIX, sin autos, ni electricidad, ni teléfonos. Dedicados a la actividad agrícola, la artesanía y su fe. Quería estar cerca de estos seres modestos, que se visten como hace dos siglos.
Trás salir con mi mujer de nuestra pujante ciudad, avanzamos por una carretera y, nos internamos por uno de los caminos
de tierra de esa comunidad Amish.
Pasamos frente a casas de madera, sin postes de luz ni aire acondicionado, de jardines cuidados con esmero y engalanados con flores, con vistosas casitas para que aniden los pájaros. Más allá graneros, caballerizas, muebles de madera, y el tradicional "buggie"; el coche negro de madera como las Victorias de Viña del Mar.
En la comunidad de agricultores y artesanos reinaba, como siempre, el silencio y la calma. No hay allí automóviles, maquinaria motorizada, radios ni televisores. Los Amish laboran sus tierras o están en sus casas. Las mujeres visten igual: faldas hasta los tobillos, blusas, delantales y tocas. Los hombres llevan pantalón oscuro con suspensores, camisa arremangada, sombrero de paja y barba sin bigote.
Nos detenemos ante una casa donde un letrero anuncia la venta de huevos. Nos bajamos. Nos estudian con disimulo. Deben desconfiar.
Compramos una docena de huevos a un joven que parece venido del pasado. Tiene una expresión tímida.
Los Amish sólo asisten a clases hasta el séptimo grado. Desconfían de la educación superior, las metrópolis y los medios de transporte y comunicación modernos. Tal vez eso les brinda la paz de espíritu que uno huele a la legua.
Frente a una casa un canasto de manzanas, botellas de sidra, y una caja para el dinero sobre una mesa. Te detienes, llevas lo que necesitas, pagas y te vas. Nadie controla....Dejar la carretera y adentrarse por ese territorio Amish es ingresar al túnel del tiempo. Todo cambia: el ritmo de la vida es tranquilo, la gente relajada. En las tiendas hay un rincón de libros. Sólo textos religiosos, inspiracionales, relacionados con la biblia.
Mientras uno recorre los caminos viendo molinos, huertos y "buggies" se pregunta por el sentido de la vida en nuestra voraz sociedad moderna. Los amish tienen tiempo para la familia, viven libres de la moda, el consumo y la insegurdad social, comen sano y usan vehículos no contaminantes, rechazan lo superfluo, no dejan a los suyos abandonados. Nos recuerdan que la especie humana para sobrevivir, no puede seguir despilfarrando recursos como hoy lo hacen los estados industrializados que tendrán que autoimponerse restricciones en consumo y polución.
Salimos del mundo Amish llevando pan centeno, huevos, y mermelada, y nos vamos pensando que son urgentemente necesarias formas responsables de explotación de la naturaleza. Intuimos que, si la raza humana pretende subsistir, no son los Amish los que pertenecen al pasado, sino nuestra despilfarradora existencia moderna.
"Ser pacífico no es ser cobarde"
 
Escrito por: Silvana a las 10:13 p. m. | 41 Han dejado su huella
miércoles, octubre 04, 2006
Ten conciencia, ANIMAL!!
Si hay algo que me molesta profundamente es la irresponsabilidad de las personas, y sobre todo cuando esta recae en seres indefensos que dependen de uno.
No puedo creer, por ejemplo, que una madre fume o beba alcohol durante su embarazo, sabiendo que esas acciones dañan a su bebé.
Como entender violentas discusiones matrimoniales frante a los hijos de la pareja, cuando son ellos los que quedan marcados de por vida.
Me molesta, en demasía, quienes tienen mascotas y una vez que dejan de ser cachorros se olvidan de ellos, no los alimentan, e incluso los tiran a la calle sin mayor remordimiento.
Me carga que los trabajadores de la salud hagan paros (con justa razon, pero no es la forma) y que tantas personas, especialmente las más humildes, no puedan recibir la atención que en muchas oportunidades han esperado por meses.
Así, podría estar todo el día enumerando ejemplos en los cuales las irresponsabilidades afectan a terceros.
Hoy observé una situación muy frustrante. Uno de esos "tíos", que manejan los furgones escolares, manejaba con tanto descuido y con tanta prisa que se pasó una luz roja, y además viró a gran velocidad, y los pobres niñitos quedaron casi estampados en uno de los costados del vehículo. En realidad me asusté, y pensé en los padres de estos pequeños que depositan su confianza en estas personas, pero no saben en realidad en qué momento se pueden encontrar con terribles sorpresas.
Al medio día fui a almorzar a la casa de mi madre y me contó que desde hace tres días, en la casa de una vecina, llora un perrito, no tiene comida, ni agua y sus dueños, al perecer, andan viajando. Con bastante esfuerzo y un equilibrio que no lo conocía en mí, me subí al muro que divide ambas casas (es bastante alto) y con la manguera intenté llenar un recipiente con agua. Además le lanzamos unas presas de pollo. Al menos se tranquilizó un poco, pero al rato nuevamente estaba llorando. Obvio!! le falta lo más importante: el afecto.
Por favor, seamos responsables con nuestras irresponsabilidades. Podemos hacer lo que sea de nuestras vidas, nada es completamente bueno ni malo, pero evitemos que estas recaigan en niños o en animlitos. Ellos dependen de nosotros, tengamos conciencia.
"SI QUIERES EVITAR DOLORES, QUE NO PAGUEN JUSTOS POR PECADORES"
 
Escrito por: Silvana a las 6:33 p. m. | 15 Han dejado su huella
Lilypie Esperando un bebé Ticker